14 de noviembre de 2013

DE VEZ EN CUANDO...

A veces no existe
la respuesta.
Otorgamos excusas
para no cerrar puertas.
Buscamos opciones
porque nos entristece
dejar marchar
un barquito
que llenaba 
de amor el corazón.
Pero las tormentas
sin preguntar
empiezan azotar
los pensamientos
Y poco a poco
el mar lo va alejando,
se lo lleva, se pierde 
en la lejanía se desvanece.
Te sientas,mientras
 te tapas la mirada
no por lo que ves
si no porque sientes
que se ha quebrado
el corazón.
Notas perfectamente
que algo por dentro
se apago y lo que queda
no es vacío
no es dolor
es el vapor del silencio
que se heló.
Un suspiro
 abre las ventanas
 se lleva
lo que no queda.
La nada.
En ese  momento
descubres
que solo el tiempo
nos coloca en un lugar.
En el que debemos estar.
La mente nos miente.
Las emociones nos traicionan.
Pero la vida
es más lista.
Se abre la mirada al horizonte
el sol y su ocaso
nos recuerdan 
que no hay culpables
no hay más que un proceso
que a veces nos saltamos
y se llama
¿Dime tu como se llama?

                      Anna B. Pellicer

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