A veces no existe
la respuesta.
Otorgamos excusas
para no cerrar puertas.
Buscamos opciones
porque nos entristece
dejar marchar
un barquito
que llenaba
de amor el corazón.
Pero las tormentas
sin preguntar
empiezan azotar
los pensamientos
Y poco a poco
el mar lo va alejando,
se lo lleva, se pierde
en la lejanía se desvanece.
Te sientas,mientras
te tapas la mirada
no por lo que ves
si no porque sientes
que se ha quebrado
el corazón.
Notas perfectamente
que algo por dentro
se apago y lo que queda
no es vacío
no es dolor
es el vapor del silencio
que se heló.
Un suspiro
abre las ventanas
se lleva
lo que no queda.
La nada.
En ese momento
descubres
que solo el tiempo
nos coloca en un lugar.
En el que debemos estar.
La mente nos miente.
Las emociones nos traicionan.
Pero la vida
es más lista.
Se abre la mirada al horizonte
el sol y su ocaso
nos recuerdan
que no hay culpables
no hay más que un proceso
que a veces nos saltamos
y se llama
¿Dime tu como se llama?
Anna B. Pellicer
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