23 de junio de 2014

RENACER DEL FUEGO



Me apetece
descubrir nuevas rutas
Me apetece
sentir en mis manos
la vida,que rezume 
por cada poro de mi piel.
Me apetece 
buscar 
tesoros escondidos 
en pensamientos,
 ilusiones, otra piel.
Me apetece desbordarme
que los sueños 

ni se adormezcan,
ni queden latentes 
colgados en ramas
inalcanzables.
Me apetece
abrir los brazos.
abarcan tanta energía
que mi alma sonríe azarosa
Burbujee de placer.
Necesito…
 Pescar ilusiones
desprenderme del pasado
olvidarme cambiarlo
 con un presente vivo
Necesito llorar
Arrugarme
Y levantarme.
Necesito renacer
Con la luz del amanecer
Con el suspiro de la vida
Y el amor que me regala.
Necesito sentir
 Que mis manos
mi pensamiento
mi cuerpo
vibran con armonía
Con el sentir de la vida.
Necesito reencontrarme...
¡De una puta vez!


                Anna B. Pellicer

QUIZÁS.....




Mientras el camino
Serpentea y juega
Con nuestro destino.
Nos empeñamos en
Seguir los pasos
De antiguos caminantes.
Y ellos nos roban la frescura
Nos roban los sueños
Las ideas
Y el futuro.
Mientras el camino se mantiene
Abierto y virgen
Para que bailemos con la vida
Nos empobrecemos
Con pensamientos caducos
ni nos dignamos a sacar
las propias conclusiones.
Quizás nos resulta más fácil
Seguir los pasos
Que abrir nuestras propias sendas.
Mientras el camino
No nos pone trabas,
Nosotros empeñados en armonizar
los pasos para que se adapten
 a la línea ya marcada.
¡Perrito piloto
 para la repetición más perfecta!
¡Abramos las alas del pensamiento!
¡Refresquemos el diccionario imperfecto!
Y juguemos con esa piedra
La que suma con otras
El muro que nos limita.
¡No vivimos en un mundo lineal!
¡Y no necesitamos el camino más corto!
¿O quizás si?.

                 Anna B. Pellicer

22 de junio de 2014

PASEANDO




Primera hora de la mañana, mochila preparada, una botella de agua, las llaves y el diccionario.
Salgo de casa con dirección a ninguna parte. Hoy me he propuesto dejarme llevar. Mis pies pisan el adoquinado, está hecho de cuadros, de pequeñas celdas donde se depositan minúsculas porciones de agua cuando llueve, o se reparte el polvo de un largo día de uso social. 
Las calles son largas rectas perfectamente encuadradas, para que nada retenga el pensamiento. Tan solo hay que prestar atención a los cruces, y ahí estamos bien aleccionados. Rojo pararse. Observas detenidamente la luz que esta inmediatamente debajo. ¡Verde! qué alegría da, una porción de libertad, cruzo el paso cebra. Me gusta el nombre. Y así poco a poco sorteando verdes y rojos mis pasos me van alejando y acercando a no sé dónde.
Por momentos intento ponerme como meta un destino, sobre todo cuando en algún momento de mi caminata por la urbe, en vez de mirar fijamente a la luz oscura que está por debajo de la roja, la mirada se me fuga hacia el cielo. Entonces, mi respirar se acelera, mis ojos parpadean con más rapidez, y el aire adquiere una pizca de dulzura. Inmediatamente aparece el azul del mar cambiando el escenario de mi pensamiento, invitándome, casi puedo percibir la sensación del andar descalza por la arena.
¡Verde!.
Sigo sorteando calles, mirando escaparates, comparando precios. Entro en una librería, ese olor a tinta, me sigue secuestrando, queda claro que lo que se vive de pequeña cuesta de dejar por el camino. Quizás una buena comparativa sea eso…un libro. Mi mente cómo un cliché quedó marcado de las experiencias absorbidas y cuándo aparece el resorte desencadenante, mi camino se viste de recuerdos sin poderlo controlar.  
¡Rojo!
Esta vez no es un semáforo, soy yo, que con una doble ración de conciencia no quiero bajar por el tobogán de los recuerdos, he salido a pasear por la ciudad. Sigo mirando libros, lo primero que te llama la atención es la portada, nuevamente la primera decisión entra por los ojos, y eso me indica que últimamente he dejado de aprender, de interesarme por cuanto sucede a mí alrededor. Hummm este pensamiento me molesta. Sigo mirando sin saber que estoy buscando. Pero quizás hoy era esa la finalidad… ¿Salí a encontrarme?
Rojo, verde, pasó cebra, verde, rojo, azul, azul, azul, mar, arena, frescor, cielo, todo está ahí…y yo también, con mi mochila, con mi agua, con mi mente abierta a escuchar cuánto la vida quiera ofrecerme, y a descubrir los relatos que de ella se desprenden. Letras que bailaran por mi alma hasta que decida ordenarlas. 
En toda búsqueda siempre hay que regalarse el tiempo. La soledad para reposar los pensamientos y eliminar las impurezas con las que se suele impregnar, no porque sean malas, ojo, porque aprender es saborear cada realidad con la percepción del alma. Pero cómo todo fruto siempre hay porciones que podemos desechar. 
Hoy no he salido de casa, he viajado con mi fantasía para poder pasear por mis adentros. 
He limpiado de adoquinado mi entorno más cercano, quite los muros que a veces levanto, y regué mi esencia, con recuerdos que me motivan a cerrar los ojos para sentir la brisa de la vida dentro de mí.
Y regresé a las orillas de mi mediterráneo, lo llevo tan dentro como el cliché de mi pasado. Siempre presente, con tan solo necesitarloo: su aroma, su rumor, su esencia se desborda y aborda sin más,  me hace cosquillas en los recuerdos y transforma mi humor en amor. 
Me levanto de esta orilla, aun me quedan muchos rojos y verdes para cruzar, muchas líneas para escribir, y un buen diccionario con el que aprender a transformar lo que la vida me regala en palabras.

                                                          Anna B. Pellicer




4 de junio de 2014

RETOMAR


Vuelve a mi ser
la dulzura de tu alma.
Mi camino
Se cruza con tu vida.
Y completa el vacío.
¡Lo expulsa lejos!
¡Al abismo!
retomo un caminar
ni mejor ni peor
sigues existiendo
mas allá
de donde te pueda alcanzar.
Quizás...
 te volveré a perder
te irás despacito
sin mirar hacia atrás,
no quiero pensar
no se...
ni si el eje del futuro
partirá del punto equidistante
donde la luna y el sol
jamás se alejaran.
Dejare que el destino...
He comprendido
Que la noche...
No me separa de la vida.
                         
               Anna B. Pellicer

2 de junio de 2014

SOLO UN SONIDO...


Me dejo llevar por la intuición, 
me regala horizontes tan cambiantes 
cómo las vibraciones que percibo 
al sentarme cerquita del mar. 
Dejó un profundo rastro
 mientras camino 
por el estrecho sendero
que une mis dos mundos.
Los voy tejiendo a palabras, 
uniendolos con sensibilidad,
reflexion y mucho amor, 
A veces me detengo
no porque no entienda,
o no pueda dar un paso más. 
Trasformar cuánto siento
tiene su carga de reponsabilidad
las palabras tienen trampas
dependiendo de su profundidad. 
Y a veces me pierdo ensimismada 
en busca de comprensión,
intento llenar los huecos
de los discursos a medías.
la hipocresía social
el ego henchido
son malas hierbas
que hay que sanear
Una enorme ola me engulle, 
me arrastra y me despierta.
Sonrío mirando al cielo...
¡Queda entendido!
Que me importa 
si cada cual tiene un camino
y el mío se va trazando
a un ritmo...¡El mío!
Me dejó llevar por un sonido
por un lenguaje que narra
con su oleaje un compás
Une mi sentir con un palpitar,
El de un universo por explorar


                 Anna B. Pellicer

Pausa

A veces se crea una distancia entre almas. No sabes que sucede, pero sucede. La frialdad cierra un camino, las palabras se vuelven tibias...