La mezcla perfecta
un coctel divino:
gotas de lluvia
aromas de vida
aderezadas con espacio
y el tiempo
para que calen bien adentro
Todo se inicia con un paseo
liturgia aprendida;
te vistes...
con chubasquero
con paraguas
o con nada...
La estación marca
el atuendo.
Lo cierto es que
la magia del momento
sorprende a un aletargado
pensamiento,
el corazón se pone juguetón
y el paraguas gira, gira y gira
las gotas de agua
inician una nueva coreografía
La vida nuevamente
gano la partida.
Tengo la nariz colorada
y una inmensa sonrisa.
Miro a mi alrededor
contagie complicidad.
El sol a salido
cierro mi paraguas amarillo
sigo paseando
sigo bailando mi vals.
Anna B. Pellicer
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