13 de octubre de 2015

AMO ESA CONSTANCIA



Me identifico con la luna
con esa solitaria estancia
y su desprendida energía
que acompaña a miles de vidas.

Su presencia conecta directamente
con mi yo más protegido…
¡El corazón!
Y aunque pueda causar risa
una apacible sensación consigue
abrazarme y susurrarme... 
¡No estás sola!

¿Cómo puede reconfortar tanto
esa imaginaria sonrisa?
¿Como puede ser la calma 
que devuelve la sensatez?
Contenedor: de mis rabias,
mis lágrimas y alegrías.
Un simple satélite alejado
 ¿Tiene tu energía calibrada?
¡Qué absurdo! Comentarán.
 Pero es mi referente vital,
mi sanadora luz.
Solitaria e influyente.
¡Presente siempre!
¿Sincronía? Quizás,
¡Pero es una realidad!

Cuantas palabras son utilizadas
secuestradas, mangoneadas
buscando una codiciada respuesta
y después…se las lleva el viento
 pues no tenían mayor fundamento.
Cuantos silencios se usan
para distanciar respuestas.

Cuando el sentimiento de ser
queda minúsculo, diluido
en manos del... ¿destino? ¡Ojala!
Cuando debes luchar por no ser
el final de un destino no decidido
¡No anhelado! ¡No deseado!
Descubres un astro…
que de noche transforma
el color de las lágrimas.
Su perfil desdibujado
se adapta a ese dolor,
a esa alegría que desborda
lo que ella mejor controla…
¡El agua, la emoción!
¿Lo que importaba?
Deja de llevar el control, 
se desvanece.
¿Lo que dolía? 
Se acepta como lección.

Hermosa luna que ilumina
el alma con especial energía.
La que obtiene suspiros
destilando saladas lágrimas 
la filosofia de cualquier enseñanza.
Nos observa, la observamos
Vibra con nuestra energía.
Vibramos con la vida.
Con el universo y el corazón.
Amo esa luna traviesa
que de pequeña me seguía
pero de mayor me espera.
Amo esa constancia.
Esa ingenua realidad
que me seduce
a sentirme especial.


         Anna B. Pellicer










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