Si nunca me hubieran enseñado a imaginar
Si jamás hubiera creído en duendes
Y la magia del hada buena.
Si no hubiera sentido
Que hay otros caminos
Que la esperanza queda reflejada
Hasta en una charca
Que diferente hubiera sido…
Quizás la vida.
No me imagino mí día a día
Sin esa chispa de fantasía.
Si no hubiera descubierto
Que somos pensamientos
Siempre en evolución
Que los caminos solo se cierran
Cuando dejas caer la toalla…
Incluso entonces
Aun queda una semilla
De la que brota de nuevo
La esperanza.
Si no hubiera creído en horizontes
Palabras y emociones,
si no me hubiera reconfortado
la sonrisa de la luna
En noches de miedos y soledad
Que diferente hubiera sido
Quizás la vida.
No me imagino mí día a día
Sin esa chispa de fantasía.
Si no me atreviera a soñar
que los anhelos necesitan energía
para que prosperen con fuerza
son su poquito de confianza
para que pierdan la vergüenza
a dar un paso al frente.
Si no fuera por…
Quien escribió sus fantasías
Regalándome pequeños agarraderos
donde apoyar mis jóvenes manos
para coger un poquito de aire
y poner con más
fortaleza
mis pies en el camino embarrado.
Si no fuera por el músico
que aprendió a descifrar esas notas
que le hacían bailar
y transcribió en curiosas partituras
su manera de amar.
Si no fuera por la mano del artista
Que modela con su arte
Una inspiración.
Si no fuera porque alguien
Me enseño que la imaginación
Es la mejor llave
El mejor tesoro
Que regalar
Hoy hablaría de política
en vez de amor.
Anna
B.Pellicer
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