Y de repente el viento
trenza un diálogo perfecto.
Ponderación, profundidad
sencillez, respeto y amor.
Un silencio.
Es demasiado perfecto.
Pongo mejor el oído
Me dejo prendar...
Por fin un lenguaje
que se cuela
directo en el corazón.
Las imágenes ahora
tiene identidad.
La profundidad del ser
traza composiciones
qué también se cuelan
sin necesidad de preguntar.
¡Cómo no! Eso se llama
Coherencia y viste
de luz cualquier oscuridad.
Miro al cielo y sigo caminando.
trenza un diálogo perfecto.
Ponderación, profundidad
sencillez, respeto y amor.
Un silencio.
Es demasiado perfecto.
Pongo mejor el oído
Me dejo prendar...
Por fin un lenguaje
que se cuela
directo en el corazón.
Las imágenes ahora
tiene identidad.
La profundidad del ser
traza composiciones
qué también se cuelan
sin necesidad de preguntar.
¡Cómo no! Eso se llama
Coherencia y viste
de luz cualquier oscuridad.
Miro al cielo y sigo caminando.
Anna B. Pellicer
Fotografía Tania Abitbol..."libro Himalaya"
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