21 de noviembre de 2016

NO ES LO QUE SE VE...ES LO QUE SENTIMOS


Y de repente el viento
trenza un diálogo perfecto.
Ponderación, profundidad
sencillez, respeto y amor.
Un silencio.
Es demasiado perfecto.
Pongo mejor el oído
Me dejo prendar...
Por fin un lenguaje
que se cuela
directo en el corazón.
Las imágenes ahora
tiene identidad.
La profundidad del ser
traza composiciones
qué también se cuelan
sin necesidad de preguntar.
¡Cómo no! Eso se llama
Coherencia y viste
de luz cualquier oscuridad.
Miro al cielo y sigo caminando.
Anna B. Pellicer

Hoy confirmé que Tania Abitbol es una persona de una gran profundidad. Escucharla es cómo andar por unos paisajes vitales cargaditos de ternura. Su libro es un reflejo de su forma de comprender la vida. Y sus fotografías te atrapan porqué ella sabe en cada momento lo que nos quiere descubrir. Y crea la fusión de belleza, tradición, realidad vital y fundamento para que de un solo bocado nos cuestionemos nuestra propia existencia. Rendida no solo a su arte también a su poso de comprensión vital. Mi necesidad de reflexión sobre la presentación de su libro Himalaya me ha causado movimientos personales y necesitaba escribirlos. Aquí los dejo. Bitácora de una caminante en continúa búsqueda.
Fotografía Tania Abitbol..."libro Himalaya"

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