Si la luna pudiera contarnos
que la vida no es una lucha.
Si nos pudiera narrar
cuanto de amor
se puede entregar.
Si el alma de un poeta…
Sabe, siente, conecta
con esa alejada luna.
Que silenciosa.
Que vergonzosa.
Nos mira hasta erizarnos la piel.
¿Que no comprendemos?
Porque no cambiamos,
adaptamos la vida,
el tiempo y los momentos
al bienestar del mundo.
A realizar los sueños
que guardamos
que escondemos
como pequeñas locuras
como grandes tesoros
en lo profundo de muestra piel.
Si la luna siempre nos regala
la posibilidad, la fantasía,
el tiempo para una reflexión
Cuanto de hermoso
podríamos compartir.
Anna B. Pellicer
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