Añoro el roce sensible
de los tiempos vividos.
El de la risa desbordada
por vivencias incontroladas.
El descubrimiento
de caminos fortuitos
que me acercaban
a un destino, el mío.
Añoro el crecimiento
del pensamiento
sin perjuicios,
descubriendo en cada
nueva esquina
sensaciones jamás vividas.
Añoro la mirada limpia
La sonrisa franca
Sin turbulencias
Ni estrategias.
Añoro el abrazo generoso
que te estruja desde fuera
y te hace papilla
las cicatrices de adentro.
Añoro dejarme llevar
por la corriente simpática
de la amistad.
Añoro el olor a pan
El de la dulce fruta
El del fresco amanecer.
Añoro tantas cosas
que se fueron quedando
por el camino…
Dicen que saber lo que se busca
es un gran paso.
Cierro los ojos y recuerdo
Los cierro y busco por dentro
En algún rincón apague la voz
a cuanto era y soy.
En algún momento cedí.
En algún momento me olvide
De cuanto me hacia feliz
y me conecte a un vivir sin más.
Añoro la comunión
Que tenía con la tierra
Con la frescura de la naturaleza.
Sonrió por dentro
Retomando el sendero.
Anna B. Pellicer
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