Necesito que llueva fuera
Para que mis lágrimas
Estén en armonía
Con la dulzura de la vida.
Hoy hubiera deseado…
Que el tiempo por una vez
se hubiera rebelado
que hubiera sido solidario
quedándose paradito,
acomodado a mi lado.
Era todo tan esperado
y tan terriblemente
descontrolado.
Que hasta las fugas
Iban a quedar a juego
levantando las cartas,
todo al descubierto.
Y ahora en silencio
ojeo la postal.
Ese archivo que solito
se cuela en el corazón.
Que tiene quiebros
requiebros y sabores.
Dimensiona risas
rescata opiniones.
Hemorragia la dulzura
y entristece los adioses.
Necesito que llueva fuera
para que mis lágrimas
estén en armonía
con la dulzura de la vida.
Tan cerquita y tan sentida,
tan anhelada y tan querida.
Las sensaciones pasan
como pasa la vida.
Y me niego a no tejer
una cadena infinita
que te lleves, que me quede
que nos una el resto de la vida.
Y mientras me adapto
pinto nuevos colores
al oscurecido paisaje
que me dejaste.
La ternura sale a pasear…
Ella se encarga.
Arqueará mis labios
hasta sacarme una sonrisa
Necesito que llueva fuera
para que mis lágrimas.
Estén en armonía
con la dulzura de la vida.
Anna B. Pellicer
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