Quizás las líneas vitales
quedan bien enmarcadas.
Parecen señales lanzadas
al viento, para que la vida
las rellene de luz y color.
Quizás la tristeza sea…
Esa mezcla de esperanza
que jamás dejara en vereda
a un pensamiento latente
esperanzado a que el destino
invite a tomar un camino.
Quizás mis días grises.
Mis grises sueños
solo sean la confirmación
de que cuanto me rodea
no me llena de ilusión.
Quizás digo quizás...
Los trazos grises
que intento colorear
solo sea el camino
para salir del socavón.
Sentir en gris.
Buscar la luz acorde.
Percibir que la vida
tiene otra simbología.
Busco elevadas montañas.
Alejadas perspectivas
para memorizar
qué trazos son los vitales
y cuales los que debo rellenar.
Percibo otras sombras…
No son grises
tienen colores que regalar.
Si hago una suma
el resultado es espectacular.
Sonrió he descubierto
Un camino, un destino
Una realidad…
¡Juntos, el camino
tiene profundidad!
Anna B.
Pellicer
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