19 de diciembre de 2014

UN VUELO LARGO...


Siempre me evado
me escapo con el viento.
Mi pensamiento es tan ligero
juguetón e inquieto
que permanecer quieto
es sentirse encarcelado
entre pensamientos
que no llevan a ningún lado.
Así que me esfumo…
con discreción.
Me apunto en las esquinas
de propagandas encontradas
ideas que se disfrazan
de múltiples versiones.
¡Así soy normalmente!
El problema se acentúa
cuando alguien viene
y me susurra al oído
“Me encanta lo que haces”
Entonces la poesía
se encarga de dar velocidad
A mis entusiastas alas.
Me subo al globo de mis sueños
y traduzco emociones en palabras….
Las nubes se tornan escenarios perfectos
donde desarrollar mi divertida obra
y mis dedos se desviven
como lo haría un músico...
Por el teclado.
Por las cuerdas.
O sencillamente soplando.
De nuevo regresa la vibración
una sencilla composición
que la vida nos regala
para inspirarnos.
Esa energía que no se ve
pero se percibe dentro
abriendo el alma
haciendo cosquillas
al pensamiento, para que se atreva
a ponerse rojo, como un pimiento
y dar un paso a frente.
Susurrando…
Ya esta, yo lo se
sé que mi secreto
se esconde debajo de tu risa
en tu piel cuando se eriza
en tu mirada que perdida
busca ese globo donde yo
me hayo disfrutando
 de tu hallazgo .
Y le relato al viento
que vaya con cuidado
que las mariposas se colaron
y dan alas a mis manos.
¡Sonríe! ¡Me conoce!
Sabe que soy una loquita
que anda suelta
que ama la vida hasta rabiar
Y que me quejo de esta sociedad.
¡Glups! Me parece que voy a parar
Que la cosa se empieza a desmadrar.
Un guiño con el corazón

Anna B. Pellicer






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