9 de octubre de 2014

ESTABA ROTA



Así me siento por dentro
Fragmentada en pedazos
y no sé por dónde empezar...
¿Arreglo el corazón?
Mientras el alma intenta zurcirse.
¿Rearmo el pensamiento?
Mientras las emociones
están en el patio de recreo?
¿O tan solo dejo que pase el tiempo?
Quizás el viento se apiade
 y me acerque una nueva semilla...
¿Para que?
Si no se donde plantarla.
¿Y si la lluvia
me cala hasta desbordarme?
¿Y si me escondo entre la
irreal suavidad de las nubes?
Me pierdo
entre letras acompasadas
con música que no alcanza
ni a desbancar al flasheado
 pensamiento que va solitario
en busca de identidad.
Cuánto creía quedo embarrado.
Mis ideales cubiertos de lodo,
se desvanecen engullidos
por mi indiferencia.
Mis manos no retienen
ni las lagrimas que emergen
con lentitud y discreción.
Descubrí una emoción
peor que la impotencia
Se llama decepción.
No por la vida...
¿Por esta sociedad?
Tampoco.
Solo yo soy responsable
de cuanto permito me suceda
Solo yo soy la que dejo
que me alcance con alcance
la decepción.
Solo yo doy prioridades
a levantar las barreras
Y que me invadan
pensamientos que por egoístas
debería rechazar.
Quizás veo virtudes
donde solo hay un gran poso
De egoísmo sin piedad.
Pero eso me diferencia…
Y aunque rota
Sé que la vida me aportara
lo necesario para recomponer
lo que jamás nadie me podrá quitar
¡El coraje de amar!
De percibir al ser humano
 con la belleza de lo que son
no lo que entregan.
Pero también aprendí..
A decir adiós.


                                          Anna B. Pellicer

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