Levantamos muros,
barreras
a nuestro alrededor
¿nos
perdemos? o quizás
nos escondemos en ellos.
nos escondemos en ellos.
Las palabras
nos aplastan,
las frustraciones
son espejismos
que reflejan
nuestros gritos...
Y arrastramos
una pesada carga
llamada
ignorancia
disfrazada de arrogancia.
disfrazada de arrogancia.
La búsqueda
se vuelve árida
por no
afianzar unos valores
que ponemos
en exposición
esperando que
los compren
los más
pobres de corazón.
Los pensamientos se enturbian
todos
ponen su dedo para rebañar
y nos vacían de intenciones.
y nos vacían de intenciones.
¿Lo
peor? Las cuestionables irrealidades.
Nos sirven
de excusa para tirar la toalla
para ser víctimas
de nuestro victimismo.
Y tropezamos con excusas
despertamos con recortes.
Respiramos
con temor
Y así
aparcamos un día
¿Y al otro?...¡También!
Añoramos rozar con el dedo
ese dibujo
que reseguimos
desde nuestra
alejada ventana.
Una intención
no sirve de nada
si no anhelamos sentir el camino.
Si no usamos nuestra energía
para provocar la sinergia,
que nos motive a romper
con un caducado proceder
Si no usamos nuestra energía
para provocar la sinergia,
que nos motive a romper
con un caducado proceder
Anna B.
Pellicer
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