22 de marzo de 2011

PONGAMOS QUE HABLAMOS DE JAPÓN


Hace días que tenia esta reflexión escrita, pero no me animaba a ponerla, me cuestionaba si tanto dolor podía ser expuesto a opinión. Doy por entendido que todo cuanto el hombre crea es para el bienestar de toda la humanidad. Reflexionaba; lo responsables que somos de la catástrofe ocurrida no solo en Japón, sino en otros muchos lugares. Tentamos a la suerte muy a menudo. Me explico:
1) Japón esta expuesta a una multitud de terremotos considerables, la zona donde se haya es cruce de placas tectonicas. Y se han ubicado unas centrales nucleares a pecho descubierto, mirando al mar, como diria una conocida canción, y para mi poca entendedera muy juntas una de la otra.
2) Me acuerdo del Camping las Nieves una gran riada arrasó, matando a 87 personas y mas de un centenar, heridas. Ese camping estaba si no recuerdo mal en una riera natural. Alguien daría permiso para que se estableciera allí.
Sigo recordando.
3) Un condenado a 83 años sale con permiso carcelario, asesina y viola a dos mujeres policías en Hospitalet.
En todas las desgracias, nos hemos olvidado que hay una parte de nuestro planeta, y de nuestra sociedad que es indomable, la vida descontrolada puede ocasionar grandes males incontrolados. Y esos errores se pagan muy caros. No hay que tener miedo a vivir pero solo es necesario un segundo para cambiar una vida. Y me da respeto ver que no esta en mis manos tomar las decisiones que verdaderamente afectan a mi libertad. Sé que de cada catástrofe se aprende mucho. Las plantas nucleares me dan muchísimo respeto, pero el mismo que la radiación por los móviles, las antenas eléctrica, o todos los secretismo que llevan los gobiernos con programas virales. Todo se inicia como un bien social hasta que se hace un mal uso. Y creo que efectivamente la frase "no es más rico quien más tiene sino quien menos necesita" pero añadiria "que necesitamos si no estamos para disfrutarlo".
Vivimos agobiados, lo queremos todo y al momento ¿Y si nos parasemos? Quizás desearíamos que llegara la navidad para comer turrones, y el verano para los helados. El olor y el sabor de la fruta cogida en su tiempo de maduración, nos inundaría los sentidos. Y quizás podríamos recuperar el deseo de saber porque vivimos. Estoy a favor de la evolución. No quiero retomar ningún pasado gris, pero el color del futuro se esta volviendo muy muy negro.

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