Fotografia: Anna B. Pellicer
Aprendí a verte con el alma.
A sentir tu fescura con mi piel.
A pensarte.
A pensarte.
A pensarte.
Aprendí a dar un paso atrás
Dejar el recuerdo
colgado en cada esquina.
En el repliege ausente de tu piel.
Aprendí
a llevar en el bolsillo de mi corazón
la esencia del encuentro,
el freno temporal que nos aleja.
Aprendí a guardar los anhelos.
A dejarlos al fresco.
respirar a destiempo para no olvidar.
Aprendí a pensarte.
A pensarte.
A pensarte.
Manteniendo la frescura de tu alma
del segundo que me dejabas sin habla.
Rebobinando recuerdos
que no caducan,
aprendí a esperar y acomodarme
a una existencia que le falta tu sonrisa.
Tus grandes ideas.
¿Travesuras futuras?
La esperanza sigue ahí,
pausada entre nuestras almas.
Miro al cielo y sigo caminando.
Anna B Pellicer
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