Olvido…
Que pluralidad de sensaciones,
Que sano es olvidarse.
Que putada que te olviden.
Olvidarse de objetos
que formaron parte importante
de un espacio vital...
Quizás es un hallazgo interesante
Para compartir en una desapacible
tarde de verano.
Quizás sentarse en una terraza
En pleno invierno
Y recordar el olvidado pasaje
De una historia emocional
Sea un guion idóneo
Para valorar si los nuevos pasos
Nos han llevado lejos
O nos mantienen atados
A otras circunstancias
Con el mismo final aunque
distintas son las
caras.
Olvido…
Quizás forma parte
“del para siempre”
En cualquier mente.
Nada se olvida
Es una carpeta repleta…
De propuestas…
Tachones
Arrugados papeles
Pensamientos y emociones.
Conclusión:
¡Es más fácil olvidarse de los objetos!
Nada que forme parte
De nuestro complejo entramado
Será jamás liberado.
¡Lo acomodamos!
¡Lo airemos!
¡Nos vacunamos!
Pero queda siempre pendiente
Como una vulgar mancha de aceite.
Anna B.
Pellicer
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